
Virus
31 de enero de 2016
Hay cosas que terminan siendo subestimadas por lo que viene después, todo eso que dio el comienzo a algo, que fue el inicio de lo que se ve ahora se convierte en una cosa más del montón después de ser reinventado y reutilizado una y otra vez por las nuevas generaciones. Una de esas cosas es una banda argentina con mucha historia: Virus, que del montón no tiene nada.
Virus es una banda de hermanos y nació así, entre casa, entre la música del piano de mamá y un hogar con mucho arte en la ciudad de La Plata en Buenos Aires. Ella contaba que los recuerdos principales que tiene de Federico Moura en su adolescencia es sentado en el living de casa escuchando por horas música clásica como si estuviera hipnotizado.
Marcelo Moura busca a su hermano Federico quien estaba viviendo en Brasil para que sea la voz principal de la banda que habian armado fusionando la que él habia dejado al irse y la de este y la bautizan Virus.
La década del 80 era la época en la que comenzaron a surgir los lugares under para tocar rock, en escenarios de cajones de madera y gente que buscaba una voz distinta presentan Wadu Wadu en la ciudad de La Plata en un lugar de la Av. 25. A los militares lo under les molestaba, pero ellos fueron los principales artistas de rock en esa época opositores al régimen que lo hacían público sin temor. El 8 de marzo de 1977 aparecen en su casa de La Plata para llevarse a su hermano Jorge que militaba en el ERP, por lo tanto los militares para ellos eran sus principales enemigos y no era algo que les impedía crear su arte con libertad.
Se presentaban distintos, eran meticulosos no solo para componer sino también en la estética de la banda en general, peinados, ropa, un look totalmente distinto y nuevo para lo visto en la época y hacía que muchos se resistan a ellos y sean hasta insultados en varias presentaciones, una anécdota los recuerda a ellos cantando mientras le tiraban naranjas al escenario y en vez de dejar de tocar se escucha al cantante decir “a ver si se levantan y mueven esos culos”, no se amedrentaban ante nada. Federico aparecía con una imponente imagen estética que a los jefes del país les molestaba, sus shows tenian hasta performances como por ejemplo la de Jean François Casanovas en el teatro Olimpia en 1981. Federico venía del arte, del diseño, de viajar no podía quedarse con la estética triste y gris del país de los militares. Federico Moura hizo lo que los demás no se atrevían en el proceso mostrar alegría en los escenarios y eso molestaba.
En mayo de 1982 se reúnen distintos músicos para organizar un festival con el fin de juntar alimentos para los soldados de la guerra de Malvinas y ellos al ser invitados públicamente dieron su negativa por ser un festival apoyado por la Junta Militar, lo cual se convirtió en algo polémico en el ambiente de la música.
Se los trataba por un lado con desprecio por hacer un rock para bailar “el rock espectáculo” y por otra parte se los consideraba vanguardistas del rock latinoamericano en general. Los músicos de esa época decían que sus composiciones eran únicas y que no se escuchaban como otra banda anterior a ellos, eran pop, eran rock, eran electrónicos, en si eran eclécticos. Andrés Calamaro, que surgió en una misma época junto a los Abuelos de la Nada, dijo una vez que ellos aportaban libertad y estilo a la música “ Cada disco de ellos son un concepto fuerte, no son valijas donde guardan canciones”.
Federico Moura no temía a nada de lo nuevo, se podría decir que él era lo nuevo y así cuando los productores dudaron del potencial de Soda Stereo él fue el que al escucharlos los produjo sin titubear. Fueron la primera banda de rock de los 80 en salir al exterior de gira y al cruzar a Chile se llevaron con ellos como banda telonera a Soda Stereo por primera vez y los hicieron triunfar. Moura fue el único que no dudo en esta banda.
Federico nunca tuvo problema en reconocer ante los demás su homosexualidad y durante la grabación de Superficies de Placer comienza a mostrar síntomas de la enfermedad que lo estaba comenzando a matar, el VIH. Marcelo Moura dijo “las compañías discográficas le pedían ocultar su condición sexual y él no solo no la ocultó sino que la volvió su lucha”. Las publicaciones sobre él decían que era un “Homo muy sensual” ya que la palabra homosexual estaba completamente prohibida.
Los músicos que vivieron esos momentos aseguran que nadie mas volvió a sonar como Virus, no se volvieron a ver ese estilo de composición, es una línea de rock que no se volvió a repetir pero que fue predecesora de muchas otras por el desenfado que mostraba el grupo al momento de hacer música. Componían en conjunto o Federico por separado o junto al artista Roberto Jacoby, todos eran músicos completos y podían tocar cualquier instrumento. El grupo reconoció que muchas composiciones llevaron a las manos a los integrantes por desacuerdos o por la búsqueda de la perfección y la no repetición.
Federico Moura muere el 21 de diciembre de 1988 a causa de una insuficiencia cardiorespiratoria debido a la enfermedad que acarreaba. Y varios años después vuelven con Marcelo a la voz y se animaba a hablar de la enfermedad de su hermano: “A mi me toco acompañarlo a Brasil donde le hicieron por primera vez el estudio de VIH, me daban la mano a mi y a él no y eso era terrible, muy fuerte.”
Se decía que ellos iban al revés, cuando todo era triste y de composiciones exaltadas ellos traían baile e ironías, de repente querían ser románticos cuando nadie quería escuchar de amor y cuando en esa época tener 30 ya era ser viejo para grabar, a esa edad, Federico Moura grababa su primer disco.
Virus lidera el ranking de bandas emblemáticas argentinas, los críticos hablan de ellos como un todo: rock, pop, electrónico, algo difícil de encasillar; se dice que sus discos no son malos porque no se pueden comparar entre sí ya que ninguno tiene que ver con el anterior y esa línea de rock no se volvió a repetir.
En definitiva Virus es lo que precedió a mucho de lo que hoy se escucha, principalmente en el coraje de componer sin miedo.
“Una mente lúcida debería sentirse bien al poder adaptarse a los cambios de las cosas”
Federico Moura.
Foto: Marcelo Zappoli